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Terapia pionera para la regeneración de la médula espinal

11 de marzo de 2015

Hace pocos meses se conocía la noticia de que un hombre paralizado desde el pecho hasta los pies, pudo volver a caminar después de un trasplante de células en su médula espinal extraídas de la cavidad nasal.
El paciente, Darek Fidyka, policía polaco que en 2010 quedó paralizado debido a una agresión con arma blanca, ha sido capaz de volver a caminar después de someterse a una novedosa terapia de trasplante de células olfativas realizado por un equipo de neurocirujanos del Reino Unido.
Este novedoso tratamiento no sería posible sin el descubrimiento realizado por la investigadora Almudena Ramón Cueto, responsable y coordinadora del Centro de Innovación Médica en Regeneración Medular (CIMERM) que se ha asentado en el Hospital IMED Elche, donde lleva funcionando desde finales del pasado año.
CIMERM e IMED Hospitales
CIMERM se ubica en el hospital IMED de Elche, donde emplea los servicios específicos de diagnóstico por imagen, neurofisiología, quirófanos o la recientemente inaugurada sala blanca. El entorno hospitalario permite a CIMERM contar con las instalaciones y el personal médico necesario para desarrollar su actividad.
Sobre la terapia
La terapia desarrollada por Ramón va más allá del trasplante de glía envolvente olfatoria. Consta de hasta cuatro fases, basadas en las investigaciones llevadas a cabo a lo largo de estos años en el CSIC y en colaboración con la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).
"Primero estudiamos qué funciones se han perdido, qué fibras se han dañado y en qué estado se encuentra cada persona", explica la doctora. Ésta es la fase de diagnóstico multisistema, que consta tanto de pruebas neurofisiológicas, de diagnóstico por imagen y psicológicas.
A partir aquí, el equipo diseña de manera totalmente individualizada para cada paciente lo que se ha denominado como Terapia de Activación Medular (TAM). Esta terapia está dirigida a recuperar la movilidad de las conexiones no dañadas por la lesión medular.
La fase siguiente, denominada Terapia de Regeneración Medular (TRM), se inicia cuando la TAM llega a un punto de estancamiento. El primer paso en esta fase sería evaluar qué zonas específicas de la médula espinal requieren de una inyección de glía envolvente. Las células se obtienen del propio paciente, tras una extracción quirúrgica sencilla. Éste se traslada en un tubo estéril a una sala blanca donde se purifica la glía.
La cuarta y última fase consiste en la reinervación y estabilización funcional para ayudar a la regeneración medular. Se trata de favorecer la reconexión de las fibras nerviosas rotas por la lesión medular, de activar su funcionamiento y de estabilizar e integrar las funciones recuperadas con las del resto del organismo.
Primeros pacientes
El equipo ya ha comenzado a aplicar la terapia en un primer paciente: un niño de siete años que en menos de cuatro meses ha recuperado movilidad de cuello y hombros y la capacidad de respirar sin estar conectado a una máquina. Cinco personas más comenzarán muy pronto la TRM, tras haber superado la fase inicial de diagnóstico.